viernes, 28 de diciembre de 2012

¡NO ME LLAMES ILUSO, PORQUE TENGA UNA ILUSIÓN!


Actualmente tenemos graves carencias morales. Asistimos a un bombardeo continuo de violencia prácticamente en todas partes,  pasividad sin límites, vandalismo callejero, promiscuidad omnipresente, deterioro de nuestras instituciones, la agresividad en todos los ambientes, el egoísmo desbocado, la intolerancia, y la irresponsabilidad generalizada donde todos tienen derecho, pero nadie tiene obligaciones.  


La violencia sobre la mujer, es un problema de siempre , a pesar de que hoy en día ya produce un rechazo colectivo y una evidente alarma social: actos de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, amenazas, coacciones o  la privación de libertad. Estamos inmersos en factores socio-culturales que aplican, mantienen y justifican la desigualdad entre el hombre y la mujer: masculinización de los espacios públicos, poca sensibilidad de los problemas que suscita en la mujer la imposición de roles que impiden la distribución de su tiempo para la conciliación de su vida familiar. La violencia de género no es un asunto privado que deba resolverse en la intimidad, es un delito. Y como tal debe ser actuarse de parte o de oficio.  

En los últimos años se han producido avances legislativos en materia de violencia de género: juicios rápidos, órdenes y medidas de protección integral. Según ONU, la violencia de género engloba a “cualquier acto de violencia que tenga como consecuencia un daño físico, sexual o psicológico, y de sufrimiento por las mujeres, incluyendo las amenazas, la intimidación o privación arbitraria de la libertad, que se da en el ámbito público o privado”. ¡Es curioso! Esto de los  Derechos Humanos es algo así como el derecho al pleno empleo o a una vivienda  digna.  

Lo mismo  sucede con la autodefensa. La sociedad apoya la demanda de protección, seguridad y ayuda a la mujer afectada, y es una responsabilidad que estamos adquiriendo los grupos y personas formados en artes marciales. La violencia de los hombres sobre las mujeres es un problema internacional que merece nuestra atención. 

La Asociación Cultural Adrianenca de Aikido lleva ya 2 años organizando unas Jornadas  de un fin de semana de duración, y tenía una inquietud: muchas participantes de las Jornadas pedían más. Podéis pensar: ¡Para esos están los Dojo de artes marciales! Pero para muchas mujeres esta no es una opción, por el rol social que asumen. Por eso sumaron esfuerzos el Ayuntamiento de Sant Adrià del Besòs y  la Asociación Cultural Adrianenca de Aikido, para ofrecer clases semanales de 1 hora, a coste cero. También el Complex esportiu Marina Besòs, sede del Dojo de la Asociación Cultural Adrianenca de Aikido, ha permitido que el último viernes de mes, pudieran asistir a las clases de aikido, y poder practicar con los miembros de la Asociación. 

En ellas hemos abordado un conjunto de técnicas, actitudes y fundamentos para defenderse tanto física, como psicológicamente. Este viernes, día 06 de julio acaban, pero ya se ha llegado a un acuerdo con el Ayuntamiento de Sant Adrià de Besòs, a través del CIOD, para retomarlas en octubre. En concreto el miércoles, día 3.  No hemos inventado, ni descubierto nada. Pero queremos dejar, al margen de las técnicas, unas pinceladas de lo trabajado en estas clases.  

Dice Andre Lemonnier en la introducción de su libro Aikido. Técnicas de defensa personal: “El propósito de esta breve obra es dar a conocer unas técnicas, necesariamente violentas, útiles para la autodefensa. Decimos necesariamente violentas, porque en ellas no tienen lugar ni la belleza ni la deportividad. Entiéndase, pues, bien que el único propósito de estas técnicas es el de poner fuera de combate a un atacante, de la manera más contundente y rápida posible. Si bien es cierto que observando las fotografías que ilustran los distintos movimientos no es fácil advertir la violencia, la verdad es que las diversas tomas y golpes, aunque no resulten espectaculares — como las técnicas del Karate, por ejemplo— son de una eficacia demoledora y sus resultados, por esto mismo, pueden resultar dramáticos. En efecto, practicados sin compasión, pueden arrojar saldos de huesos rotos y ligamentos dislocados. Por ello, nuestra primera advertencia ya la vislumbrará el lector: no aplicarlas más que en situaciones de auténtico peligro; no usarlas en las grescas ocasionales entre amigos ni mucho menos, naturalmente, para atacar. Estas son técnicas de autodefensa y no un arma para abusar contra seres humanos que ni siquiera buscaban pelea. Es un arma, sí, para defenderse de los  delincuentes que nos atacan por sorpresa, a mano armada, o de los matones que abusan de su superioridad física contra un oponente débil. Estas técnicas, entonces, representan un arma. No constituyen ningún deporte. Aunque, eventualmente, puedan presentarse en exhibiciones, a manera de enseñanza.” 

Hemos planteado situaciones en las que nuestra integridad física está en grave peligro, o bien estamos en situación de ser sometidos a una agresión sexual, o que se nos prive de libertad. Se han excluido expresamente los casos de violencia en el núcleo familiar -porque son patologías complejas, y podríamos complicarlas aún más-, y los casos de robo, porque de verdad que lo peor que nos ocurra sea tener que entregar el móvil, reloj, joyas, etc… Sólo tiene valor material y si no se tienen los recursos necesarios, mejor no intentarlo. El objeto principal del curso es evitar ser agredidas, no vencer a nadie. 

Nos vamos a encontrar en situaciones normales en las que tomaremos precauciones muy básicas, situaciones en las que tendremos que estar alerta porque creemos que hay una situación que se puede complicar, pero puede ser que sólo sea una impresión, y otras en las que el peligro es real, y tomaremos medidas especiales de autoprotección.

Existen medidas activas de defensa, pero también pasivas que se pueden adoptar para prevenir situaciones de peligro:
  • No entraremos en nuestro lugar de destino si observamos desperfectos que indiquen acceso por la fuerza.

  • No abrir la puerta a desconocidos, incluidos operarios de empresas de suministros. Las lecturas de contador las podemos dar de voz.

  • Es bueno tener distribuidos en nuestro domicilio o lugar de trabajo objetos que puedan utilizarse para defenderse. Golpearemos  al agresor, pero nunca al azar. Hay que hacerlo en determinados puntos vitales. Debemos conservar el control de los nervios y ser capaces de utilizar su fuerza a nuestro favor. Actuaremos con calma aparente para que no se ponga alerta, y no nos vea nunca como una amenaza. Sólo actuaremos en el momento oportuno, optimizando así el daño, y lo haremos de forma rápida, pero no alocada. De esta manera seremos eficaces y controlaremos la situación. Hay que actuar como un relámpago: lo que llamamos dedos de arena.

  • Cuando vayas a algún sitio, valora si pueden haber riesgos en el camino. Si es de noche, intenta hacerlo siempre por calles bien iluminadas, y de forma que veamos venir de frente a los vehículos. Así evitaremos que puedan venir por nuestra espalda, podremos reaccionar a tiempo en caso de necesidad, o bien irrumpir en la calzada para detener a algún vehículo que venga de frente, aspeando airadamente los brazos, si vemos que nos están siguiendo, acosando o molestando.

  • Evita los cajeros automáticos por la noche. Mantén una distancia segura de las esquinas y portales en los que te puedan entrar, por ello es mejor ir por el centro, ni pegado a la pared, ni a la calzada. Visualiza posibles vías de escape y puntos de auxilio en los que refugiarte. Al salir o regresar a casa observar si nos siguen. Cuando dudemos de alguien, intentar observar de una primera mirada general si lleva algún objeto que pueda utilizar como arma, el tipo de ropa que lleva, corpulencia y forma de andar, para poder intuir si es luchador o agresivo.

  •  Mantener una distancia mínima de seguridad de  2 metros y mantenerse firme, mirando al sujeto a los ojos, no de forma amenazante, sino demostrando seguridad. La actitud es muy importante. Hablar de forma clara y alta para que piense que no le temes. Tu actitud debe ser firme y decidida. Según qué tipo de ropa o calzado lleves te será más difícil defenderte si la situación lo requiere.

  • Cuando entremos en un edificio, parking, ascensor o sitio cerrado llevar siempre las llaves encima. Observar si entra algún desconocido detrás de vosotras y si es necesario esperad un rato hasta que entre un conocido . También es útil un silbato, bolígrafo, aguja para recoger el pelo, el móvil, un paraguas, el propio bolso, una buena revista enrollada, un mechero, una carpeta o un buen libro. Todos estos son elementos que podéis utilizar para golpear a un posible agresor en puntos vitales.

  • Cuando vayamos en el coche por ciudad, circular con las puertas bloqueadas y las ventanillas de modo que no puedan acceder desde el exterior. Si observamos que nos siguen, nos dirigiremos a un sitio público. Reposta por el día para no tener que hacerlo urgentemente de noche.

  • No pidas auxilio, ni grites socorro. Siempre grita fuego. Somos muy cobardes, pero también muy curiosos. Si vives sola, te recomendamos poner otro nombre más en el buzón.

  • Intenta tomar siempre el camino más seguro, no el más corto. Tenemos que intentar complicarle las cosas al delincuente, y evitaremos ser un blanco fácil. Tienes que tomar estrategias con las que poder afrontar la violencia efectivamente. 

Quiero enfatizar en unas palabras de Zhuge Liang. El arte de la guerra:

“Los expertos en combatir no se encolerizan,
los expertos en ganar no se asustan.
Así el sabio gana antes de luchar, mientras
que el ignorante lucha para ganar.” 

Un gran maestro podía trabajar entrenando los hombres del shogun. Estaba constantemente amenazado por los desafíos de ronins -samuráis sin amo-, pero evitaba los enfrentamientos. Aunue una vez en combate, cuando no tenía más opción, el maestro no esquivaba la muerte, sino que iba a buscarla. Es necesario diferenciar buscar la muerte de ir a buscarla. Era el arte de la espada. La misma actitud que rescató O’Sensei Ueshiba cuando creó el Aikido: no se trata de esquivar un golpe de espada, sino de entrar en el momento preciso de desmontar el inicio del ataque.

Mentalmente el maestro hacía lo mismo, sorprendía a la muerte, iba a buscarla. Y si moría, moría junto a su oponente. El samurái va a buscar a la muerte en el combate, pero la busca para que ella no lo encuentre a él. No huye de ella, la ataca. No la teme, la desarma. No es presa de la muerte sino que se convierte en su cazador. ¿Dónde está la muerte? Obviamente en el sable del adversario. No mira el sable, aunque lo tiene en cuenta.  

Podríamos seguir pero esto es un blog, no un libro. Quizás algún día podamos entre todos hacer algo gratuito en la red de lo que todas la mujeres se puedan beneficiar. 

Nuestro agradecimiento a Paqui Vega, Francisco Martín y David Malpica por su su ayuda y dedicación. Porque sin ellos no se hubiese podido llevar adelante este proyecto. Pero sobre todo a todas las que habéis participado en este gran proyecto: Vuestro proyecto.  

Os animamos a todos a que emprendáis en vuestra comunidad un proyecto similar. "No me llames iluso, porque tenga una ilusión".

Saludos. 

T.L.S 

(Asociación Cultural Aikido Adrianenca, martes, 3 de julio de 2012)

lunes, 3 de diciembre de 2012

CUESTIÓN DE ETIQUETA

Estos días voy muy liado, y estoy teniendo dificultades en asistir a clase. No acaba de pasar la tormenta, y lo cierto es que lo lamento. Sobre todo por Sensei. Porque todos aquellos que han caminado por la docencia, ya saben que no se pude pagar las horas dedicadas a los alumnos, más que con el esfuerzo y dedicación en la practica diaria .


En esto de los alumnos, están los que se apuntan a un club deportivo, y van a ver que es esto del Aikido, y no comprenden la figura del Sensei. También están aquellos que son conscientes de lo que hacen, de lo que quieren conseguir, y entienden a su maestro más allá de un simple monitor deportivo ( por cierto, nunca pensé que me rodearía de tantos de ellos ). Y finalmente están los que  son más papistas que el Papa, y desde el exterior se les ve como algo raro.

Yo soy de estos últimos. Quizás por esto durante estos años de tránsito en el Aikido, he tenido que escuchar en innumerables ocasiones, que andaba metido era una secta. En esto también he evolucionado: siempre es mejor que te comparen con un hippie, que no con un zumbao.

A continuación os tuneo un artículo muy interesante que he encontrado en internet:

Aikido no es una religión, sino la educación y el refinamiento del espíritu. No se te pedirá que te unas a ninguna doctrina religiosa, sino que permanezcas espiritualmente abierto.

La ceremonia de apertura y clausura de cada práctica de Aikido es un saludo formal dirigido al shomen, dos aplausos, otro saludo al shomen y un saludo entre el instructor y los estudiantes. Los saludos dirigidos al shomen son símbolos de respeto al espíritu y los pricipios del Aikido, y gratitud al Fundador por haber desarrollado este sistema de estudio. Los dos aplausos simbolizan la unidad, "musubi". Envías una vibración con el primer aplauso y recibes su eco con el segundo. La vibración que envías y el eco que recibes son dictados por tus propias creencias y actitudes espirituales.

Las palabras que se dicen entre el instructor y los estudiantes al principio de la práctica son, "Onegai shimasu." Traducido libremente, esto es una solicitud que cuando la dice el estudiante quiere decir "Por favor deme su instrucción". Cuando lo dice el maestro quiere decir, "Por favor hagan lo que se espera de ustedes" o "Por favor reciban mi instrucción". Las palabras que dice el estudiante al final de la práctica son, "Domo arigato gozaimashita". "Usted tiene mi respeto y gratitud por lo que ha hecho". Esta es la forma más respetuosa de decir gracias.

Joder! Visto así, si que parecemos bichos raros. No, ahora en serio. Sabemos que es algo inexplicable. Hay que vivirlo.

En una próxima entrada, ya os dejaré una reseña de un llibro que hace años me regalaron: " El Código del Samurai". No tiene desperdicio. Para que digan que somos raros!

Saludos.

T.L.S

(Asociación Cultural Aikido Adrianenca, Jueves, 10 de noviembre de 2011)